jueves, 23 de abril de 2015

DEL LIBRO DE LOS PROVERBIOS (III).





11

Vacíese de sí mismo y de su sabiduría el sabio y estará en disposición de aprender lo esencial humano; y haga uso del vacío de su inteligencia el inteligente para que, en no sabiendo de nada, consiga iniciarse en el aprendizaje y entender algo por que pueda conducirse en la dirección acertada.



12

¿Dónde está la verdad? No has de irte muy lejos para hallar la verdad, pues se encuentra en ti mismo. A la verdad se accede por el conocimiento y tú posees las capacidades y potencias necesarias para adentrarte en él. Una vida dedicada al cultivo del conocimiento no es una vida en balde. Es una existencia plena, aun cuando no halles las respuestas que tan ardientemente buscas.



13

No hay posibilidad de hallazgo sino a través del esfuerzo perseverante y de la humildad. La humildad no es virtud de corderos, como la mansedumbre, sino de hombres que saben que sólo con su inteligencia, su voluntad y su esfuerzo, desasidos de toda vanidad y soberbia, podrán acceder a la luz a la que todos los seres humanos estamos convocados.



14

El hombre es un ser espiritual. La dimensión humana de la espiritualidad es múltiple y diversa, no unívoca. Paradójicamente, bien pudiera ser divergente, para al final tornarse en convergente. La creatividad, el cultivo del conocimiento, la solidaridad, la cultura, la ecología y la cosmogonía son formas de espiritualidad no excluyentes. La espiritualidad forma parte de la condición humana y es irrenunciable. Reivindiquemos la dimensión espiritual del hombre, tantas veces menospreciada, confundida, coaccionada y sometida a vituperio.



15

No temas a la muerte porque es una liberación. Los hombres no estamos hechos para perdurar. Nuestras células acusan su desgaste y tienen fecha de caducidad. Llegado el momento en que no sea posible su renovación, sabe que has de entregar las llaves de tu alcázar y que te espera el reposo del guerrero. Te mereces ese descanso como premio al desgaste de vivir. Que el tránsito te sea leve.


                                                              José Antonio Sáez Fernández.




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