11
Vacíese de sí mismo y de su sabiduría el
sabio y estará en disposición de aprender lo esencial humano; y haga uso del
vacío de su inteligencia el inteligente para que, en no sabiendo de nada,
consiga iniciarse en el aprendizaje y entender algo por que pueda conducirse en
la dirección acertada.
12
¿Dónde está la verdad? No has de irte muy
lejos para hallar la verdad, pues se encuentra en ti mismo. A la verdad
se accede por el conocimiento y tú posees las capacidades y potencias necesarias para
adentrarte en él. Una vida dedicada al cultivo del conocimiento no es una vida
en balde. Es una existencia plena, aun cuando no halles las respuestas que tan
ardientemente buscas.
13
No hay posibilidad de hallazgo sino a
través del esfuerzo perseverante y de la humildad. La humildad no es virtud de
corderos, como la mansedumbre, sino de hombres que saben que sólo con su inteligencia,
su voluntad y su esfuerzo, desasidos de toda vanidad y soberbia, podrán acceder
a la luz a la que todos los seres humanos estamos convocados.
14
El hombre es un ser espiritual. La
dimensión humana de la espiritualidad es múltiple y diversa, no unívoca.
Paradójicamente, bien pudiera ser divergente, para al final tornarse en convergente. La creatividad, el cultivo del conocimiento, la solidaridad, la
cultura, la ecología y la cosmogonía son formas de espiritualidad no
excluyentes. La espiritualidad forma parte de la condición humana y es
irrenunciable. Reivindiquemos la dimensión espiritual del hombre, tantas veces
menospreciada, confundida, coaccionada y sometida a vituperio.
15
No temas a la muerte porque es una
liberación. Los hombres no estamos hechos para perdurar. Nuestras células
acusan su desgaste y tienen fecha de caducidad. Llegado el momento en que no sea posible su
renovación, sabe que has de entregar las llaves de tu alcázar y que te espera
el reposo del guerrero. Te mereces ese descanso como premio al desgaste de
vivir. Que el tránsito te sea leve.
José Antonio Sáez Fernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario