INSCRIPCIÓN
SOBRE UNA TUMBA ANÓNIMA.
Pues
no me cupo otra gloria en este mundo
que
servir a mi propia conciencia y no tuve
otros
dueños que no fuesen el cultivo interior
y
la dignidad exigible; pasé entre los hombres
desde el silencio en que ellos parecían ignorarlo.
desde el silencio en que ellos parecían ignorarlo.
Mas
no creas que guardo rencor alguno,
ni
tampoco a la vida que me dio, seguramente,
cuanto
merecía y gané con mi único esfuerzo.
Que
tuve momentos de gozo, como otros,
no
es ningún secreto y agradezco su dádiva
a
quienes me ofrecieron su amistad o su mesa,
estrecharon
mi mano o me abrazaron.
No
sean ajenas a ti, que pasas hoy ante mi tumba,
estas palabras que la lluvia, el sol y el
tiempo
con
implacable fiereza han desgastado.
Nada
queda de mí ni mis menguados méritos.
Sólo
esta ofrenda de amor que son mis huesos.
José Antonio Sáez.
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