Cuando hace varios meses quise echar sobre mis hombros el compromiso de dejar constancia aquí de la trayectoria de la revista literaria "Batarro", vinculada a la cuenca del río Almanzora en la provincia de Almería, y cuya segunda etapa se desarrolló prioritariamente entre los años 1989 y 2007, sabía de antemano que mi empeño no habría de ser tarea liviana. Pero he aquí que, en cuanto toca a la revista "Batarro", ese camino va llegando a su fin. Creo que no nos equivocamos en dejarlo en el punto exacto en que lo hicimos y ello porque todas las aventuras humanas han de tener su principio y su final. Casi veinte años de esfuerzo titánico, en condiciones verdaderamente difíciles, quedan ahí, a disposición del lector o del estudioso de la literatura española de finales del siglo XX y principios del XXI, así como para la historia de las revistas literarias españolas de nuestro tiempo.
De este modo, el volumen correspondiente al año 2007, que comprende los números 51-52-53 de nuestra revista, se dedicó al tema monográfico del Microrrelato en Andalucía y la edición del mismo, como en ocasiones anteriores, estuvo a cargo de Pedro M. Domene. La portada fue un collage del escritor e impresor malagueño Francisco Peralto, a quien nunca podremos agradecer lo suficiente la desinteresada colaboración que mantuvo a lo largo de todos estos años con las publicaciones que nacieron bajo el sello editorial de "Batarro" y con nuestro grupo literario en general; siendo así que Peralto bien pudiera haber sido nombrado como miembro emérito de nuestro colectivo. Como el lector sabrá por anteriores entregas de esta serie, en su taller impresor vieron la luz, felizmente, la inmensa mayoría de nuestras publicaciones. Quede aquí constancia explícita de ese agradecimiento hacia su persona, siempre auxiliado en la esforzada tarea cotidiana por sus hijos Carmen y Rafael, herederos directos de una labor realizada con tanta dedicación y esmero.
Unas líneas del escritor José María Merino introducían el último volumen de la revista y en ellas venía a decir, a propósito del subgénero narrativo elegido, lo siguiente:
Trance gozoso, este de andar buscándole, imaginándole, un nombre a la criatura: microrrelato, minificción, ¿por qué no nanocuento?
Mientras le encontramos el nombre, con esta sensación incomparable de ir descubriendo la realidad de un nuevo continente, ojalá su pequeño fulgor, desde brevísimos textos literarios palpitantes de ficción verdadera, ilumine intensas fascinaciones narrativas.
(El escritor José María Merino) |
(Manuel Talens) |
(El escritor onubense Manuel Moya) |
Finalmente, ya en las década de los años 70 y 80, se recogen los nombres de Vicente Luis Mora (Córdoba, 1970), Miguel Ángel Muñoz (Almería, 1970), Ubaldo Rodríguez (Sevilla, 1970), Marcos Gualda (Huelva, 1971), Pablo García Casado (Córdoba, 1972): "Opté por esta estructura gráfica porque se acomoda mejor que cualquier otra a las situaciones de tensión que intento mostrar"; Mónica Gutiérrez Sancho (Sevilla, 1973), Luis Manuel Ruiz (Sevilla, 1973), Javier Puche (Málaga, 1974): "Si tuviera que aventurar algún rasgo distintivo, acaso hablaría de brevedad extrema, lenguaje depurado, tensión narrativa, fuerza poética y temblor"; Mario Cuenca Sandoval (Sabadell, Barcelona, 1975, reside en Córdoba), Lara Moreno (Sevilla, 1978): "Porque la literatura es también una nuez, un siglo diminuto, concentrado y vacío de arquitecturas"; Cristina García Morales (Granada, 1985): "Los cuentos son ovulaciones inesperadas de la imaginación. Cuando la violan nacen las novelas". Todo un caudal de nombres y textos de primera línea en la narrativa andaluza de principios del siglo XXI. Una antología que abrió camino y que, con toda seguridad, habrá de ser considerada como punto de referencia en estudios futuros.
(Ángel Olgoso) |
Sin compasión, hunde la hoja de su arma en el centro de mi cuerpo indefenso. No hubo provocación alguna de mi parte. Una ira ciega alienta cada tajo, cada incisión arbitraria y salvaje de la carne. Los míos dijeron que no opusiera resistencia, que ello involucraría a los demás en nuevos peligros. Él, mientras tanto, profundiza la herida. Qué puedo hacer yo ante quien contraría de ese modo la ley natural sino sentir una vaga tristeza y esperar aquí, bajo el camino de las estrellas, la bárbara amputación final, el momento en que me desplome sin más quejidos que los de mis frondosas ramas al golpear agonizando contra el suelo.
Concluye aquí la cumplida referencia a la trayectoria de la revista literaria "Batarro" en su segunda época (1989-2007). Fue redactada por José Antonio Sáez Fernández en memoria del fundador de la misma, el escritor Diego Granados Jiménez ( Albox, Almería, 1915-2002), celebrado autor de títulos tales como Poemas de la noche, Crepúsculo del hombre, Del sentimiento trágico de Andalucía y El tributo del héroe y otros cuentos.
José Antonio Sáez.
(4 de septiembre de 2012).
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