(Cuadro del pintor Tomasz Alen Kopera) |
Querido amigo:
Me llegó, como ya te anunciara, tu libro “Práctica del amor platónico”,
que leí con agrado en los días siguientes a su recibo. Me quedo con “su verbo
pulido, de diamante”, como dijo Cernuda de Góngora, con su aliento a la
tradición más nuestra, a nuestras señas de identidad poéticas, a la palabra
esculpida con cincel en el corsé de las formas clásicas; mas no encorsetada,
sino que muy libre de campar a sus anchas por el poema que recoge la íntima
esencia depurada de un devenir existencial, como es aquí tu caso. Algo o mucho
hay en él de discurso conceptual, ma non troppo, en cuanto el tema principal
parece ser el paso del tiempo recogido, a menudo, en esas fotografías
instantáneas que intentan retener lo perdido, pues eso parece que es, y no otra
cosa, el paso irreparable del tiempo. Retener el tiempo: vana ambición tan
humana que, como expresa Caballero Bonald, “somos el tiempo que nos queda”,
pero somos también el tiempo que hemos vivido y en los instantes que quedan
retenidos en nuestra memoria y luego en el poema.
Con aquellos a quienes amas vas de la mano en el tiempo, con aquellos
que has elegido ir y que prologan y epilogan tu libro en tan sabia como
acertada manera. Siendo el tuyo una coral de voces, un libro coral, nada suena
en él a impostado o a impostura, nada a fingimiento ni a mentira. Todo hondo,
profundo y verdadero, de contenida emoción por lo común, pero siempre emotivo.
Desde las creencias hasta la ideología y los afectos, desde las experiencias
hasta los sentimientos y querencias.
Por todo ello, quiero felicitarte muy sinceramente y, aunque comprendo
que la tuya, como la mía, no es poesía que se escriba al dictado de la moda o
al gusto de las editoriales que controlan lo que ha de publicarse o no, es
poesía auténtica porque responde a las más íntimas motivaciones humanas y
ahonda en nuestra condición iluminando aspectos recónditos de ella. Con esa
poesía íntima, doliente y profunda, reveladora y desveladora, estoy. Con la tuya,
contigo, amigo mío. Enhorabuena. Salud y buena suerte. Te abraza:
Fdo. José Antonio Sáez Fernández.
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