Quédate
con lo bueno de lo que te rodea, de los unos y de los otros. Nadie posee toda
la bondad ni todo el bien, pues están muy repartidos. Tú quédate con lo mejor
de cada uno y no caigas en la tentación ni en las redes que te tienden
para obligarte a tomar partido, a definirte a favor o en contra de un bando o del
otro. La vida no es roja o azul, aunque esos dos colores forman parten de la
realidad que se ha creado. Debes insistir en que los mayores objetivos del bien
común se alcanzan cuando la colaboración y el acuerdo para construir se hacen
posibles. Tú has superado ya las ideologías y sólo tu inteligencia y tu
sabiduría, tu conciencia y tu sentido común te dicen dónde está el bien y dónde
esté el mal. Los hombres libres del siglo XXI no están dispuestos a someterse a
una disciplina de partido porque la conciencia, la inteligencia y la verdad son
de cada uno, aunque podamos llegar a confluir. No acatamos otras
consignas ni las asumimos porque todas vienen dictadas por quienes nos inducen
a que no hace falta que pensemos por nosotros mismos, ya que ellos realizan ese esfuerzo por los demás y saben lo que nos interesa. No necesitamos que nadie realice el esfuerzo de pensar por nosotros ni tampoco que se nos indique
qué es lo que más nos conviene. Las consignas, los eslóganes, el relato, la
manipulación están al orden del día. Los manipuladores campan por sus respetos
(ancha es Castilla) y el futuro o es de los hombres libres o es de los corderos
que están al arbitrio de su señor.
Condúcete
con diáfana claridad, con meridiana lucidez, analizando lo que pasa a tu
alrededor y saca tus propias conclusiones. Haz tus propias deducciones, no
aquellas que quieren que hagas y a las que te inducen subrepticiamente.
Tú estás hecho a imagen y semejanza de Dios y no de unos manipuladores
interesados de tres al cuarto. Mira que el cielo se abre y la luz se reparte
entre todos por igual, aunque no todos la reciben de igual modo.
José Antonio Sáez Fernández.


No hay comentarios:
Publicar un comentario