El plan era maquiavélico: “Arrasemos
los principios y valores éticos. Sembremos un páramo desolado de escepticismo y
duda sobre ellos hasta hacerlos desaparecer. Defendamos la fidelidad de los
estómagos agradecidos. Porque un hombre sin principios cae en la cuenta de que
no tiene conciencia ni memoria de ella y así podremos crear en él la ilusión de la libertad. Hagámosle creer que
un hombre con conciencia no puede ser libre, que la conciencia es un lastre y
que coarta la libertad del pensamiento. Digámoslo ahora meridianamente claro: Un
hombre con principios no supone para nosotros más que un hostigamiento continuo y un
desequilibrio que hace peligrar nuestras poltronas, pues amenaza seriamente
nuestros privilegios. Estirpemos con bisturí, sajemos de raíz si es preciso, los
principios que sostienen la conciencia y dieron lugar a ella. Sin principios ni
conciencia, el hombre estará a nuestra merced. Entonces sí que podremos
conducirlo y manipularlo a nuestro antojo y no hallaremos resistencia alguna.
Confinemos a nuestros semejantes en un área videovigilada dónde puedan comer y beber hasta
hartarse, reproducirse a placer y proporcionémosle adormideras para anestesiar
su cerebro. Porque si suprimimos la conciencia conseguiremos aturdir también el
cerebro. El secreto está en confundir e inestabilizar ahora, pues nosotros
aseguramos la estabilidad, el bienestar y el progreso".
Y fue así como la sociedad humana comenzó a ser imbuída hacia su
propio aniquilamiento, después del agnosticismo, el ateísmo y “el nada existe
más allá de lo real aparente”, o lo que viene a ser equiparable: “nada hay más
allá de ti mismo y, por consiguiente, puedes renegar sin problemas de tu conciencia". A no tardar, los hombres fueron siendo llamados uno a uno y adjuraron de su conciencia y principios, renegaron y escupieron sobre ellos, afirmando: "No te conozco". Y fue así como los seres humanos pasaron a ser felices y disfrutaron de sus días sobre la tierra.
José Antonio Sáez Fernández.
Felices los que no ven ni escuchan, los que pasan de todo y la vida les da lo que precisan
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