domingo, 16 de diciembre de 2012

MEMENTO MORI.




Después de haber vivido tantos días felices
con que la vida quiso regalarle
y de haber relegado al ostracismo
el desamor de otros muchos que el cielo,
en su piedad, cedió a la desmemoria;
confió todo el amor que le cupiera
al Creador de quien lo recibió.

Fue tanta la gratitud que albergara
en su seno, y tan hondo el gozo que sentía
allí, en lo más recóndito (lejos ya los dolores,
las dudas, las angustias, los temores, los miedos);
que tan sólo acertó a llover con sus lágrimas
el consuelo de aquellos que confortaban su ánimo
y cerraron sus párpados por gracia del instante.


             José Antonio Sáez.



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