jueves, 21 de agosto de 2025

DOBLE OPCIÓN.


 


Allí donde el camino se bifurca, tienes varias opciones: o ser un inadaptado con criterio propio y negarte a aceptar el sistema imperante, denunciando los atentados que se cometan por parte de quienes detentan el poder y lo salvaguardan, sabiendo que caerás en desgracia y no podrás librarte de su acoso o marginación; o bien adaptarte a sistema, asumirlo y comulgar con ruedas de molino, contribuir a su perpetuación, aun sabiendo que eres un ser domesticado y adocenado, que ha renunciado a su individualidad y a su dignidad en aras de un mayor bienestar físico y material; si bien sometido al arbitrio de quienes disponen de su recompensa y la otorgan tras comprobar tu fidelidad; lo cual no deja de ser una pseudo esclavitud o al menos un cierto servilismo militante. Si deseas hacer uso del pensamiento crítico, pues te consideras apto para ejercerlo, aceptarás que la verdad es molesta siempre y desagrada a quien no puede vivir si no es en la mentira y la inmundicia. 




La humanidad, pobre de ella, no puede vivir en la verdad y prefiere sobrevivir en las cloacas del fingimiento y la hipocresía. Vivir abiertamente en la verdad haría la vida insoportable, por lo que resulta más cómodo engañarse a sí mismo y contribuir a que los demás vean al rey vestido cuando solo hay una mirada infantil, bendita inocencia, que se atreve a decir que el rey está desnudo. El hombre libre, resulta tan molesto, que es él mismo quien decide apartarse de la sociedad y de sus semejantes, pues no tolera la miseria y la podredumbre humanas. Le aguarda la soledad y el cultivo del conocimiento, así como la vida retirada y modesta. 




Mira que si no sigues las consignas que se dictan desde arriba no podrás progresar ni labrarte un futuro medianamente brillante. Mira que si pones en tela de juicio esas consignas y te atreves a contradecirlas estás acabado. Te lo advierto. Sé dócil. Sé sumiso. Lo tuyo no es pensar. Solo obedecer y contribuir a la causa.

 

                                         José Antonio Sáez Fernández.



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