Querida amiga Ángela:
“Mujer en la penumbra” es un libro hermosísimo que me ha dejado muy
gratamente impresionado. Muchas gracias por tu recuerdo y por la dedicatoria de
tu libro, cuyo envío tanto te agradezco porque me ha dado la oportunidad de leer
un excelente poemario, como hace tiempo que no llegaba a mis manos uno
semejante. Hay en él un
conjunto de poemas sobresalientes, más que brillantes, salvables sin duda,
dignos de perdurar y vencer al olvido. Me gusta su defensa de la mujer, su
reivindicación como persona y de su capacidad de sacrificio, su papel esencial
en la familia, en la sociedad y en el mundo. Tú estás en disposición de conocer
el alma femenina mejor que muchos hombres que han intentado acercarse a ella.
En verdad sois las mujeres quienes disponéis de una mayor sensibilidad para
conocer vuestra propia alma, tan aventajadas a nosotros como sois. De modo que
quizás podría haber un mundo que pudiera prescindir de lo masculino, pero
nunca, creo, de lo femenino, de vosotras.
Me ha parecido que estos poemas
sintonizan muy bien con un tipo de poesía de ciertos países musulmanes (Afganistán), ignoro
si has ido directamente a las fuentes de esos poetas o si te han llegado
a través de algunas sensibilidades bien definidas de nuestra poesía femenina,
como la de Clara Janés, por citar un caso. Me gusta la humildad, la sencillez,
la hondura y verdad de tu mirada, su autenticidad. Nada en tus versos suena a
impostura ni a impostado. En algunos aspectos, parece como si hablaras de ti
misma, tal fuese el grado de identificación o similitud con tus vivencias más
íntimas (salvemos las distancias). El grado de sensibilidad y de sintonía que reflejan los poemas sólo puede nacer de
la fascinación que el tema suscita en ti, de lo afectada que deja tu alma para
transparentar sentimientos y emociones tan profundas como sinceras y verdaderas.
Sin duda, “Mujer en la penumbra” es un libro del burka y de la mujer musulmana,
pero es también un libro feminista en la
más noble acepción de la palabra, en cuanto reivindica, en sentido genérico, la
dignidad de la mujer en el mundo actual.
Por otro lado me siento atrapado por la grandeza espiritual que estos personajes humildes y sacrificados, dolorosa e injustamente tratados por la sociedad y la vida, que aparecen en tus versos; aun en la sensualidad que se asoma a muchos de ellos. También entiendo que sólo se puede llegar ahí si el alma de quien escribe es tan grande como la que reflejan los temas y personajes que trasiegan por tus poemas. ¡Qué pena, Ángela, que no haya más ojos y más entendimientos que se acerquen sin prejuicios a este libro tuyo para ponderarlo como se merece!
“En la penumbra”, sí, con humildad, grandeza y discreción, germina la
esencia y el alma del mundo, las cuales deben ser necesariamente femeninas.
Creo que has sido una adelantada en acercarnos a una cultura, a una manera de
ver el mundo que nos suele pasar inadvertida, en buena parte, por razones que
pueden escapárseme: quizás, la lejanía ideológica y física, también cultural,
claro; pero que no hace tanto tiempo formaba parte de nuestras vivencias
cercanas. Más alejada, pues, de las nuevas generaciones que de la nuestra.
Te deseo toda suerte de parabienes y
satisfacciones con esta dignísima “Mujer en la penumbra”, libro que sin duda te
honra y que nos honra a quienes admiramos tu obra y disfrutamos de tu amistad
por tantos años.Un acierto su publicación por parte de la editorial Huerga y Fierro. Con mis mejores deseos de salud y bienestar para ti y los
tuyos, recibe el más sincero y estrecho abrazo de:
José Antonio Sáez Fernández.
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