Habían de pasar aún tres años más desde aquel 1986 para que se dieran las condiciones materiales que propiciaran el relanzamiento de la revista "Batarro". Resulta innegable afirmar que la situación de bonanza económica del país favorecía las expectativas de futuro de un grupo literario con ilusiones y conocimientos en el mundo de las letras. Y así nos decidimos a sacar de nuevo, con modestia en los medios económicos y materiales, pero con sanas ambiciones, la revista, que iría acompañada de una colección literaria. Contábamos con limitaciones obvias de todo tipo: entre ellas las del reducido espacio provincial desde donde partíamos: la cuencia del Almanzora, en la provincia de Almería; si bien no reconocíamos frontera alguna. Queríamos iniciar el trayecto con lo mejor de nosotros mismos, pero huíamos del localismo y el provincianismo reduccionista. Puede decirse que nuestra vocación y nuestras aspiraciones eran universales. Siempre tendimos a asegurarnos una financiación que nos permitiera mantener una labor digna a lo largo del tiempo y para ello sumaríamos, a los apoyos económicos privados, algunas ayudas públicas más esporádicas cuando la situación lo requiriese. Empresas privadas de la comarca nos apoyaron dentro de sus posibilidades, algunas instituciones bancarias y también entidades públicas. Y nos propusimos relanzar la revista literaria con periodicidad cuatrimestral, siendo así que el primer número de esta segunda época de "Batarro" salió a la luz en el último cuatrimestre del año 1989.
En su portada, el rostro de Miguel Hernández dibujado por el pintor huercalense Silvestre Martínez de Haro, a quien solicitamos también las viñetas y el logotipo que nos identificara como grupo en nuestras publicaciones: el caño de una fuente que viene a regar una alzabara. La revista volvía a la vida con la humildad y modestia que la había caracterizado desde sus orígenes, pero con un desusado vigor y unas ambiciones de vuelo que irían abriéndose camino en sucesivas entregas. A Diego Granados le correspondía el honor de introducir esta segunda época de la publicación y a él le cupo firmar el editorial del primer número, justificando su reaparición en el casi desierto panorama de las letras provinciales: "De la mano de un nuevo equipo, caracterizado por su preparación y juventud, <<Batarro>> inicia en este número su segunda época. Sin descartar la ilusión, alma de cualquier empresa artística, la revista emprende esta nueva etapa con el paso firme que da la experiencia y la seguridad en sí " (p. 4).

Poemas de Manuel Ruano (Caracas, Venezuela) y de Joaquín Lobato (Vélez Málaga, Málaga) publicados en el número 1 de "Batarro", que se imprimió en Gráficas Sánchez, de Huércal-Overa, con 30 páginas:
LLAMAMIENTO.
Señores Alquimistas, hechiceros y astrólogos de la muerte,
brujos medievales y voces de las tinieblas,
buscadores de sueños antiguos y modernos,
matemáticos, conspiradores, esclavos, magos silen-
ciosos, enterradores, algunos desconocidos sacer-
dotes.
Señores criminales, mendigos, profanadores de tumbas, pros-
titutas y mujeres de la sed...
Escritas aquí están todas las visiones.
Ahora: ¿Qué hay de mi infierno?
FEDERICO GARCÍA LORCA
(a sus dibujos)
Azafrán
Muñequita de azulejo. Veo. Veo.
Veo un monte. Amarillo limón.
(Una dos tres) La niña
que
está en el balcón.
Veo. Veo. Qué veo. Una
rama. Una pelota de muchos
colores.
Una ciudad.
Un corazón y un niño-marinero.
José Antonio Sáez.
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