viernes, 6 de abril de 2012

La segunda época de la revista "Batarro" (XV).



 
1998 fue un año de conmemoración de diversos centenarios. De este modo se celebraba el de la Generación del 98, así como el de los nacimientos de Federico García Lorca, Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso. La revista "Batarro" quiso sumarse a estas efemérides tan del gusto editorial y del márketing literario, por lo que dedicamos el volumen correspondiente a los núms. 26-27-28 al objetivo de honrar la memoria y la obra de unos escritores y de una etapa de nuestra historia literaria a la que José Carlos Mainer calificó como "edad de plata". Pero se daba la circunstancia de que, como valor añadido, la revista del Valle del Almanzora celebraba su vigésimo quinto aniversario: 25 años desde su nacimiento allá por el año 1973 en que nacía como un vagido, como un leve molinillo que el aire empuja. A la constancia, a la firme voluntad de perseverar, frente al esfuerzo y frente al desánimo, "Batarro" había permanecido viva a pesar de todos los pesares. Entendíamos que nuestra labor cultural significaba un serio compromiso contraído con la sociedad almeriense y de ahí la responsabilidad que sentíamos. Extraigo de la presentación del volumen estas líneas:

   "Hemos sido conscientes en todo momento de nuestro compromiso con la sociedad y el tiempo que nos ha tocado en suerte, así como de nuestra responsabilidad cultural y no hemos concebido nuestra tarea sino como un servicio a esa comunidad de la que formamos parte, aunque no ignoremos que ésta pueda desconocer en buena medida nuestro ilusionado empeño por mantener viva la antorcha que enarbolamos desde esta comarca almeriense que es la cuenca del río Almanzora".


(Ilustración de Rafael Pérez Estrada).


   Una excelente ilustración del escritor malagueño Rafael Pérez Estada, titulada "Nostalgia de Federico García Lorca", iniciaba el rico y variado elenco de colaboraciones de este número que al menos para mí, resultó muy gratificante. La portada volvía a ser un estupendo collage de otro malagueño: Francisco Peralto, a quien podíamos considerar por méritos propios como un miembro honorario de "Batarro". Publicamos, igualmente, varios diseños de obras pertenecientes al escultor de Macael (Almería), Eduardo Cruz, regresado de EEUU. De la alta calidad literaria de las firmas y trabajos que integran esta entrega dan cuenta textos ensayísticos como "<<La solitaria rosa de tu aliento>> (En torno a los Sonetos del amor oscuro)", de Juan José Ceba; "Bodas de sangre y el <<Crímen de Níjar>>", de Manuel Cifo González, autor de una conocida edición didáctica del clásico lorquiano; "Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso en sus primeros pasos", del catedrático de Literatura Española de la Universidad de Murcia Francisco Javier Díez de Revenga, uno de los mayores especialistas en la generación del 27; así como "El surrealismo de don Perlimplín (Reflexiones sobre un singular personaje dramático", del también catedrático de la Universidad de Murcia César Oliva, reconocido como uno de nuestros mejores especialistas en el género dramático.




   Seguía a este ciclo de ensayos un breve homenaje poético integrado por textos del poeta leonés, prematuramente fallecido, Antonio González-Guerrero dirgido a Vicente Aleixandre; tres poemas de Diego Granados dedicados a Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Valle-Inclán; Daniel Pineda Novo (a F. García Lorca); Francisco Peralto (a V. Aleixandre) y José Antonio Sáez (a Dámaso Alonso). Tras él publicamos una selección de cartas inéditas de Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso dirigidas al poeta jerezano Juan Ruiz Peña, cedidas desinteresadamente por su hija Carmen Ruiz Barrionuevo (la de V.A., fechada en Miraflores el 6 de agosto de 1959, contiene el poema manuscrito titulado "Perfil de Manolo", con la dedicatoria "A M. Altolaguirre, muerto el 26-7-59, en Burgos", que reproduzco aquí).


(Retrato de Dámaso Alonso)
No podíamos prescindir de una sección de creación literaria en la que incluimos dos enjundiosos relatos: "La sombra del caimán", de Manuel Moya y "Plano abatido", de Hipólito G. Navarro; así como poemas de Esther Bartolomé Pons, Aureliano Cañadas, José Carreta, Santiago Castelo, Juan Delgado López, Antonio Enrique, Manuel Fernández Mota, Inés María Guzmán, Máximo Hernández, Ana María Navales, Pilar Quirosa Cheyrouze, Diego Sabiote, Ayes Tortosa y José Luis Zerón, entre los cuales hay algunos nombres señeros de la mejor poesía española del momento.
   "Batarro" tuvo siempre presente sus raíces y el compromiso con la cultura almeriense. Por esta razón incluimos en este volumen un ensayo de Jacinto López Gorgé titulado "La obra poética de Celia Viñas y su recopilador Arturo Medina", trabajo que aporta algunos datos inéditos sobre las relaciones literarias y de amistad entre la poeta ilerdense ganada para Almería y el alicantino, director de publicaciones literarias norteafricanas en español como "Manantial" o "Ketama".

  Dos nuevos  y excelentes ensayos completan las colaboraciones de esta entrega de "Batarro". Se trata de "Reescritura e invención en las <<Canciones>> de Carlos Germán Belli", de Carmen Ruiz Barrionuevo (Universidad de Salamanca); así como "La salvación por la palabra en la poesía de González Guerrero", de José María Balcells (Universidad de León).

 Una carta y un poema manuscrito de Vicente Aleixandre sobre el fallecimiento en accidente de tráfico, en una carretera de Burgos, del poeta Manuel Altolaguirre e incluido en carta dirigida a Juan Ruiz Peña el 6 de agosto de 1959, la cual se reproduce en este número de nuestra revista:





                                                                                               Miraflores, 6 agosto 1959


                                      Sr. D. Juan Ruiz Peña
                                      Burgos.


   Querido Juan: 


   Te agradecí mucho tu telegrama y ahora tu carta en que me hablas de tu charla con Carlos Altolaguirre. Para mí la muerte de Manolo ha sido terrible. Aún no acabo de convencerme. Su última carta (de hace tres meses) estaba llena de alegría por su viaje. Yo este año estoy enfermo y todo lo resisto peor.
   Con Manolo desaparece el último de mis tres grandes amigos de antes de la guerra, mis hermanos inseparables: Miguel, Federico, Manolo. Al morírseme Manolo se me mueren otra vez los tres. Dámaso y yo nos hemos hecho muy tristes reflexiones. Dámaso es el único que me queda de todos los tiempos y nos estamos quedando solos. Rodeados de cadáveres.
   Gracias, Juan, por tus cariñosas atenciones, y un fuerte abrazo.


                                                                      Vicente.



Perfil de Manolo

                A M. Altolaguirre
                muerto el 26-7-59, en
                Burgos.


Manolito, despacio,
(Retrato de V. Aleixandre, por Zamorano)
por un perfil de Málaga sin fondo.

Un rayo el cuerpo,
aquí quieto, entre todos,
sin que nadie supiera.
Oh, qué noche en sus ojos.
Oh, qué luces delante, en la pupila,
para todos nosotros.
Luz del alba creciendo. Crece, Manolito.
Altísimo Manolo.
¿Te acuerdas? Málaga reuniéndose contigo,
mirándote a ti solo.
El puerto, la Farola, la Alcazaba.
Tú pisas silencioso
como pisando olor. Málaga viva.
Algo dulce resbala, sombra, perfil, contorno,
qué delicadamente se dibuja
todo un temblor gozoso,
una línea que late, unas fronteras.
Oh completo Manolo.
Parece que fue un ángel quien cerrara
final el claro escorzo
y lo viéramos puro recortarse
sobre su Málaga
                           sin fondo.


             Vicente Aleixandre.





No hay comentarios:

Publicar un comentario