miércoles, 9 de noviembre de 2011

Unos versos en noviembre.







 
¿Dónde habitas, ser cuyo aliento me llega, poderoso, en las alas del aire?
¿Dónde tu voz registras, pues no eres materia y desde la zarza
ardiente me conminas a ir hacia ti, descalzo, cegado por las lágrimas?
¿Qué aurora te sostiene, qué luz al alba y en el alba la aurora?
Tú, el que no tiene forma ni muestra jamás su rostro a quienes ama.
Ven a mí y envuelve mi cuerpo desvalido en la pasión de tu presencia,
pues pasan raudas las nubes y descargas los rayos de tu furia
sobre el cielo que me cubre y es techo para mi desamparo.
Larga es la noche, larga y aniquiladora tu voz tronante en el precipicio.
Tómame de los brazos desnudos con la fuerza de que alardeas
e insufla en mi mente la dicha íntima de tu conocimiento.
Ábrase el cielo y suenen rotundas las trompetas que te anuncian,
oh, nueva edad que ansío, hermosa cuyo rubor prende en mi alma.
¡Cómo pudiera amarte, ronco canto de las torcaces, si me sabes
agónico entre los matorrales y no acudes a mi desasosiego!
Ya sólo soy oído, pues no encuentro palabras que te conforten.
Que yo vuelva a nacer. Que vuelva yo a nacerte, distante
que me aguardas con los brazos abiertos, como un mar extendido
y palpitante, cuyo corazón golpeara tal el agua en la roca inerte.

                                               
                                                        José Antonio Sáez.

2 comentarios:

  1. Hermosos versos que a traves de tu blog serán leidos a lo largo de los años por mucha más gente que los editados en papel.

    ResponderEliminar
  2. Hola José Antonio. A partir de hoy, en mi blog, existe un enlace al tuyo. Enhorabuena por atreverte a publicar on-line!

    ResponderEliminar