lunes, 18 de septiembre de 2017

TRES POEMAS ALFAREROS.






El pasado sábado, 16 de septiembre de 2017, nos reunimos en las instalaciones de Alfarería "Los Puntas", de Albox (Almería), un nutrido grupo de poetas y músicos venidos de Andújar (Jaén), Córdoba, Níjar y distintas localidades del Valle del Almanzora, en la provincia de Almería, para hacer realidad el "I Festival Alfarero "los Puntas" 2017, el cual resultó de una gran brillantez a juicio de todos los asistentes. El acto estuvo coordinado por miembros de la familia alfarera y por la asociación cultural "Poetas del Al-Mansura", en la persona de Ángel L. Alonso. En él intervine con los tres poemas que doy a conocer a continación sobre el tema común de la alfarería.



TRES POEMAS ALFAREROS.
(Alfarería “Los Puntas”).


I

Si hubieras anunciado tu llegada entre nardos
perfumados de almizcle, triunfante dios al son
de un clarín victorioso; y si hubieras llegado
hasta mí revestido del sol más deslumbrante:
yo no podría nunca haberte conocido.
Pero vienes a mí con mandil alfarero
y, tomando del  barro, das forma a la figura
que se asemeja a mí e infundes en mi rostro,
soplándome, la vida. Luego, en mi misma arcilla,
tejida de hermosura, compañera me diste
para aliviar mis días de sed en el exilio.
Criaturas tuyas somos, facturas a tu imagen:
por qué tan desvalidos, por qué este desamparo.
Descendiste a nosotros como un dios alfarero
y barro moldeable fuimos entre tus manos.
Sólo en amor se crea y por amor se nace,
en amor cuanto existe. Sólo el amor perdura.
No se puede dar vida ni engendrar sin amor.
Tus manos amorosas nos acogen paternas,
ellas nos perfilaron y a ellas regresamos
proclamando tu nombre entre salvas y vítores.
Acógenos de nuevo, Tú que nos adamaste,
pues hijos tuyos somos: los hijos de la gleba.


II

Ese que hunde los dedos en el barro
y da forma en sus manos a la arcilla,
algo mágico, algún numen o duende
lo inspira y lo fecunda  en cuanto crea.
El que saca las formas de la nada
sabe que, ocultos,  duermen los perfiles
de estilizadas figuras que tienden
a forjarse por gracia del artista.
Barro y agua, blanda arcilla moldeable
que toma forma y, al fuego, consistencia,
en pos de urdir una imagen perfecta.
A la belleza aspira esa vasija
que ornamenta, con sus soñadas formas,
el rincón sorprendido, la asombrosa
esfera en donde ubica la mirada
su cobijo en el arte de la arcilla.
Fascina la destreza de las manos
que modelando el barro amorfo fueron
gracia iluminada, fugaz destello
por quien  fuera infundida en el asombro,
sorpresa de los ojos que la vieron.


III.

Imprime el pie su ritmo al torno
y el barro gira en manos, oprimido,
sabias manos que amasan,
dedos que a la arcilla pretenden,
materia  que por seducir compite
y se impone, doblegada materia
moldeable, dúctil, feble, si amable.
Qué gracia es ésta, si no baja
del cielo, arte si es que es divino,
Infundido por un sueño ligero.
Si para crear no has visto otros miembros
tan hábiles: mira con qué destreza
el artesano alcaller conquista
los volúmenes, traza los perfiles
y es señor de su objeto, oficio
que revela la inspiración suprema.
Es el logro de quien se sabe tierra,
el que con los dedos juega y el ingenio
en el alfar que alas puso a las manos.


                                 José Antonio Sáez Fernández.

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