sábado, 9 de noviembre de 2013

EN FUENTEHERIDOS, CON MANUEL MOYA.









El amigo que escucha los cascos de las yeguas resonando en la noche. El que habita el silencio fecundo y cumplida nos entrega la ofrenda de su sangre, derramada en sus versos. El que fabrica máscaras en el taller del tiempo y su casa instaló colgada de un talud. El que surcó los mares con tan frágil barcaza y residió en las islas del coral más hermoso. El muchacho al que ofrecen su fruto los castaños y se puso al cobijo de una lección de sombras. El que, pese al combate, no se rindió a la vida y sangra en cuanto siente. El que se bebe a sorbos la madeja de nieve de su barba y obsequia con flores a Violeta, allá en la fuente donde lavan sus llagas los heridos. Aquél que mira al cielo tras el cristal nublado de sus gafas y lleva el corazón envuelto en un sudario. El más cordial, mi amigo... Manuel Moya se llama.



José Antonio Sáez (De Valle sin Aurora, Málaga, Corona del Sur (Col. Almud Literario 9), 2005.

2 comentarios:

  1. Sigo pensando,en contra de otras opiniones más autorizadas,que su mejor obra es "El Valle sin Aurora"

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  2. Gracias por su opinión. Yo la considero una obrita modesta, como todas las mías, si bien hay mucho de lo que soy y siento en ella. Saludos.

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