Fruto de la Edad de Hierro que vivimos han de ser los tiempos venideros, los cuales habrán de caracterizarse por ser años de sedación intelectual, cultural y espiritual. La cultura y el poder de creación humana descenderá a niveles pocas veces vistos, si bien continuará existiendo una élite intelectual mínima, consciente del oprobio y no obstante condenada al ostracismo y, en consecuencia, al silencio y al ninguneo de los medios de comunicación; los cuales continuarán sirviendo al mejor postor de los consejos de administración con informadores dóciles y amaestrados mejor o peor pagados. Habrá de producirse necesariamente una dictadura impuesta por los partidos políticos, a cuyo servicio y al de las multinacionales ha de rendir pleitesía la sociedad completa mediante su narcotización virtual en la acrisolada sociedad del bienestar; por consiguiente, la división de poderes se convertirá en una completa falacia.
Nadie desconfiará de nadie, pues la televisión y la radio se convertirán, junto a internet y las redes sociales, en los mayores instrumentos de propaganda, sedación y difusión de falsas noticias a interés de quienes dominarán y gobernarán la sociedad a su antojo y el de los que mueven los hilos de las marionetas que sostendrán un sistema basado en la aristocracia económica e ideológica; pues esta última resurgirá, aun basada en fútiles fundamentos dictados a capricho de quien los sostendrá ante las masas crédulas y dóciles. Omnipresente el Estado, arbitrará medidas de humo con apariencia de solidez inaudita y definitiva para acallar, decidida y contundentemente, cualquier punto de disensión o protesta. La sociedad vivirá en el mejor de los mundos posibles, narcotizada, negando cualquier carencia, con todas sus necesidades, artificialmente creadas, satisfechas por el mismo Estado y sus ideólogos dirigentes.
El liberalismo habrá sido vencido ideológica y democráticamente; por lo que el paraíso se habrá instalado en el planeta. Contra el dolor, dispensación de morfina al libre albedrío; contra la muerte, eutanasia; aborto libre y gratuito, abolición completa de la conciencia y borrado total de su nombre, de manera que nunca existió; producción literaria controlada a través de los mejor vendidos y proscripción de libros de ensayo que inciten a cualquier tipo de reflexión intelectual… Se derivará necesariamente hacia regímenes que se asemejen cada vez más a los dictatoriales, ya que eso facilitará el control de las masas y se eliminará instantáneamente cualquier asomo de disidencia o discordancia con la todopoderosa ideología impuesta por quienes detentan el poder y hacen felices a los individuos. “Café para todos”, y también copa y puro.
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